Ingredientes:
- 300 g de merluza
- 250 g de perretxikos (Calocybe gambosa)
- 6 huevos
- 1 vaso de leche
- 2 puerros
- 1 diente de ajo
- 1 cucharada de mantequilla
- pan rallado
- sal y pimienta
La primera vez en mi vida que comí un pastel
de Itxaskabra (cabracho) fue de muy joven, en Zarautz, con Blanca, entonces aún
solteros, y debo reconocer que esta receta, cuya creación corresponde a Juan
Mari Arzak, nos causó impresión. Tanto fue así que el cocinero del restaurante
Kirkilla (grillo), se sentó a la mesa con nosotros a charlar, y así comentamos
sus guibelurdiñes (Russula virescens) a la plancha y el
espléndido pastel. Aunque es una receta distinta, sin duda es deudora del buen
hacer de aquél amable cocinero.
Es una receta sencilla, resultona y suculenta.
Se puede elaborar con otras setas
como el higróforo de marzo, las senderuelas, o las setas de cardo y con otros
pescados como el rape o el cabracho, pero con los perretxikos y la merluza (o
pescadilla) fresca, nos quedará bien para empezar. La he utilizado muchas
veces, tanto en comidas informales como en menús de degustación de setas, y
siempre agrada. Sin duda la seta de San Jorge es ideal para el revuelto con
huevos, sobre todo si es la primera vez que se come, pero esta otra manera de
hacerla no defraudará.
En cuanto a los ingredientes, añadir dos
cosas: se puede sustituir la leche por nata (yo he optado por la versión más
ligera), y se puede acompañar de una salsa bechamel casi líquida a la que
incorporaremos la misma seta de la receta.
La utilización de los puerros, es optativa, la
receta queda bien sin ellos. Otra opción es poner dos o tres espárragos, que
ensamblan a la perfección con la seta de San Jorge.
Elaboración:
Se cuece el pescado, en el agua con los
puerros, sal y pimienta (el tiempo imprescindible para que la carne se
desprenda con facilidad de las espinas),
y se deja enfriar para poder desmigarlo.
Salteamos las setas, con un diente de ajo que
retiraremos cuando empiece a dorarse. Una vez hechas, las separamos en dos
partes y reservamos.
Ponemos el pescado desmigado en el vaso de la
batidora, apartando, si queremos, algún trozo entero. Añadimos los 6 huevos, la mitad
de las setas, el vaso de leche, sal, pimienta y lo trituramos con la batidora.
Untamos un molde con mantequilla y lo
espolvoreamos con pan rallado. Vamos echando el contenido del vaso de la
batidora y al llegar a la mitad, ponemos los trozos enteros de merluza
separando las lascas de forma que al cortarlo después, se vean trozos enteros
de pescado. También alternamos con los puerros cocidos, dispuestos
longitudinalmente y los trozos de setas enteros que habíamos reservado.
Esparcimos pan rallado sobre la superficie
hasta formar una fina capa. Ponemos en el horno al baño María, aproximadamente
40 minutos a 200 grados.
Final y
presentación:
Se sirve tibio, cortado en lonchas de 2 centímetros
acompañado de lechuga –u otra ensalada, como rúcula- o/y de una salsa bechamel
ligera, con un par de setas picadas, napando el plato. Aunque el pastel se
sirva tibio, o frío, la salsa queda mejor caliente, intensificando los aromas y
ofreciendo un contraste que favorece la degustación.
Salsa:
En caso de optar por esta elaboración, haremos
una pequeña cantidad de bechamel, normal, pero añadiendo leche hasta que la
consistencia sea casi líquida. Justo antes de retirar la salsa del fuego,
añadiremos uno o dos ejemplares de setas picadas, como si fuesen ajo, para
aromatizar la salsa, dando un hervor de 30 segundos. Salvo si utilizamos senderuelas,
en cuyo caso quedarán mejor los sombreros enteros.
Un truco excelente, es guardar el agua de
constitución que hayan podido desprender
las setas en su primera elaboración y utilizarla, junto con la leche, en la
elaboración de la bechamel. El aroma se potencia mucho.
La receta seguro que está buenisima, pero es que además las fotografías son preciosas. Pili
ResponderEliminarEsta receta me ha hecho recordar la llegada de los pasteles de pescado a nuestras vidas. Yo comí el primero en casa, y de las manos, de nuestra hermana Ana Mari, toda una revelación. De cabracho (caproig). me facilitó la receta, que conservo, con la anotación de que era original de Arzak.
ResponderEliminarEsta versión, y más vistas las fotos, originan una irreprimibles ganas de irse al mercado, proveerse de los ingredientes y entrar en la cocina.
Enhorabuena!
La yaya Rosa